Imagen © Raquel Paricio y J. Manuel Moreno Aróstegui. Imágenes abajo: © LABoral - Marcos Morilla

POEtic-Cubes, 2007/08
Moreno Aróstegui, J. Manuel Paricio, Raquel
Acción robótica

Me encuentro en un espacio oscuro, en silencio. Al fondo puedo ver una masa luminosa de colores intensos. Es la célula madre. Me dirijo hacia ella y entonces se inicia, en un proceso de despliegue, la autorreplicación celular. Nuevas células nacen del núcleo primigenio, y adopta cada una de ellas el mismo código de color, el mismo código genético, como la célula inicial. Mediante un complejo proceso, guiadas por mi presencia y la presencia de otros usuarios, se dirigirán a formar un organismo, una entidad que tendrá una función, un comportamiento, un delante, un detrás, una forma en el espacio.

Con mis movimientos, modelo esa forma que ha acabado por rodearme, por hacerme su centro. Me muevo hacia la derecha y el organismo se moldea con mi cuerpo. Me inclino en cualquier ángulo, muevo un brazo, o una pierna, y la forma se adapta a mis movimientos. Nuevas formas escultóricas y mutaciones en el color se sucederán como fruto del cruce, de la interacción entre usuarios y entre las mismas entidades autónomas. Intento mover con mis manos una célula, que a su vez transmite la información a sus contiguas, actuando desde la distancia, como si me deslizase en una masa informe o líquida donde las partículas más próximas a mí transmitiesen mi fuerza, mi deseo hacia cada célula, y las apartasen fuera de mi centro de gravedad.

Así, moviéndome en ese espacio líquido, de flotación, el organismo forma su apariencia adaptándose a su entorno, a los movimientos de cuantos participamos de la experiencia.

Cuando su energía se agota, él mismo se dirige autónomamente a su fuente de carga, para luego empezar de nuevo el ciclo.

Este organismo existe como fruto de la cooperación celular, donde cada elemento por sí solo no puede desarrollar la labor del grupo, donde cada unidad se hace imprescindible en la acción y en la forma global. Conocer cómo sucede este orden espontáneo o lo que es lo mismo, su desarrollo a partir de una célula, es el enigma de la vida.

La instalación robótica POEtic-Cubes, está concebida para que todo este proceso evolutivo suceda. P.O.E., los acrónimos de Filogénesis (Phylogenesis en inglés), Ontogénesis y Epigénesis, es decir, Evolución, Desarrollo y Aprendizaje, son los principios básicos de todo ser vivo. La vida artificial los ha tomado como modelo para resolver conflictos o necesidades cotidianas aprendiendo de cómo la naturaleza aplica sus leyes para seguir evolucionando. Así, mediante un proceso bioinspirado aprendemos de las leyes biológicas para aplicarlas a nuestro entorno protésico y facilitamos de esta forma que el entorno artificial que creamos como extensión de nuestro cuerpo sea capaz de adaptarse a nosotros.

La instalación como sistema complejo bioinspirado propone la idea de entornos adaptativos como sistemas de percepción mediante sistemas autónomos que manifiestan el fenómeno de la adaptación, la emergencia y la autoorganización.


POEtic-Cubes ha sido realizado con la colaboración del Departament de Cultura i Mitjans de Communicació de la Generalitat de Catalunya-EADC y con el apoyo de: Advanced Hardware Architectures (AHA) Group; Department d’ engingeria electronic de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y Neàpolis, espacio para la tecnologia y las ideas.
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