Imagen © Marina Núñez (fotografía: Imagen y gestión de las artes audiovisuales)

Sin Título (ciencia ficción),2001
Sin Título (ciencia ficción), 2001
Núñez, Marina
Instalación

En un mismo espacio encontramos dos instalaciones que abordan la naturaleza híbrida y conectiva de los nuevos cuerpos. Por un lado, suspendidas sobre los visitantes, cinco visiones del cuerpo protésico que la tecnociencia y su promesa de progreso ilimitado ofrecen seductoramente. Nueve cuerpos cyborgs donde carne y artefacto tecnológico están fusionados en una simbiosis operativa que sobrevuela la sala. Hombres y mujeres que han sobrepasado la mera ampliación de capacidades a través de lo tecnológico para convertirse en unos nuevos seres, mitad humanos, mitad máquinas (satélites, antenas…). Por otro, y a sus pies, cuatro cubos negros muestran, más bien señalan, una mirada en detalle de la simbiosis entre red artificial y biología. En cada cubo se encuentra una posición de conexión distinta entre cuerpo humano y una red externa indefinida (lo otro desconocido). Tal vez tan sólo cuatro distintas IP biologizadas.

Imagen © Marina Núñez (fotografía de Jordi V. Pou.)Ambas visiones, aunque aparentemente metafóricas como lo fuera la figura del cyborg para Donna Haraway en su momento, se tornan progresivamente menos poéticas y más descriptivas según avanza la sociedad red y su conjunto de artilugios/interfaces conectivos. El despliegue gradual, pero exponencial, de las tecnologías cibernéticas, telemáticas y médicas sobre los cuerpos está haciendo saltar por los aires conceptos tan anclados en Occidente como la separación entre mente y cuerpo o entre lo exterior y lo interior,y está constituyendo tal vez la subversión definitiva a la herencia platónica y cartesiana. Indudablemente con esta ampliación de las capacidades que ofrece el nuevo sistema tecnológico se ha comenzado a construir una subjetividad distinta y nueva. Y es que el sujeto no puede existir antes de las fuerzas históricamente específicas (técnicas) que lo posibilitan.

Aquella tradición prometéica, que se detenía en su afán de investigación justo antes de traspasar el umbral de la vida, sólo puede recordarnos al pasado, antes de que las tecnociencias y su apropiación ilimitada de la naturaleza comenzaran a trabajar en la fusión definitiva entre lo biológico y lo no biológico, entre la techné y la physis, entre el yo y el otro. Sin título (ciencia ficción) muestra la evidencia de nuestra tradición fáustica. La que no tiene límites en la investigación y desea reconfigurar las nociones de lo natural y lo artificial, entre el dentro y afuera, entre el hombre y sus conexiones. Porque si en definitiva algo está emergiendo de este profundo cambio es la generación de un nuevo patrón de red donde no hay posible separación entre ninguna esfera, sea cual fuere. La conectividad ya traza un nuevo paisaje sin demarcaciones, un estado de flujo total, híbrido y omnicomprensivo: la red de la tecnovida.


Colección de Arte Contemporáneo de Castilla y León, Junta de Castilla y León. Cortesía de la Galería Salvador Díaz, Madrid.

Cortesía de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Museo de Bellas Artes de Murcia. Departamento de Artes Visuales. Cortesía de la Galería Salvador Díaz, Madrid.


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