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Entrevista a José Luis Sampedro


Alvaro Bermejo: Carl Sagan habló del espacio como un mar, utilizando la conocida metáfora de Newton según la cual un científico es como un niño que recoge conchas sin comprender de donde vienen. ¿Cómo definiría su trabajo de creación en términos científicos?

José Luis Sampedro: Como la aventura del Descubrimiento. Pasión de arqueólogo desenterrando, una tras otra, mis sucesivas Troyas. Viaje a lo más hondo de mí mismo, revelándome allí a los míos.

AB: Científicos tan eminentes como Schrödinger o Margulis han intentado definir el concepto de "vida" y han tenido que concluir que sólo pueden hablar de propiedades de algunos seres vivos. ¿Qué entiende por vida José Luis Sampedro?

JLS: Vivir es arder, afirma el químico. Somos una combustión mantenida por intercambios con el medio, hasta consumirnos. Por eso me siento ínfima chispa de la energía cósmica,  que me lanza a ser un destello en la inmensa llamarada universal. Y mi vida es procurar saber arder mientras estoy siendo.

AB: Ante la intensidad del tejido de redes de comunicación la revista Bussinessweek habla de la "Piel electrónica de la Tierra". ¿Qué ve usted debajo de esa piel? ¿Qué tipo de ser humano está creando la cultura digital? ¿Corremos el riesgo de alejarnos progresivamente de la Naturaleza para instalarnos en la virtualidad?

JLS: ¿Las redes piel? No alcanzan a serlo. Tienen demasiados agujeros, más poros que dermis. Comunican a pocos, mientras ningunean a muchos.
De la Naturaleza ya salimos, aunque aún nos condicione; de ella nos sacó la Palabra, haciéndonos Historia y Cultura. Mas allá se me borra lo humano: le sobrará hueso por digital, le faltará carne por virtual.

AB: Desde Fleming todo el mundo sabe que la ciencia puede tener respuesta para sus problemas, y desde la bomba atómica, que la ciencia puede crearle el mayor de todos. ¿Cuáles son hoy las mayores esperanzas y cuáles las mayores amenazas?

JLS: La ciencia, aun siendo admirable, no tiene respuestas para todo, pues no abarca la Vida, que la supera. Se puede vivir sin ciencia; no es la única manera de asumir el mundo, ni la más alta. Nuestra cultura, ufana de su ciencia, anda huérfana de sabiduría: el arte de izar la vida en alto con la dignidad de una bandera. Incluso bajo la bomba atómica.
¿Esperanza? La colectiva la ponen muy difícil los poderosos del mundo. La personal no la necesito.

AB: Philip K. Dick aventuró que los androides soñarían con ovejas eléctricas. ¿A qué horizonte se asoman sus sueños?

JLS: ¿Androides? No llegarán a tanto. En cuanto a mi sueño, acaricia una fusión de espíritus: la de Oriente y Occidente. Quizás ocurra cuando la nanotecnia siga desmenuzando infinitamente la materia hasta que se nos escape entre los dedos, dando así la razón a los budistas.